El precio justo

Vendo muerte a precio de saldo señores. Y no escatimo en nada, es una muerte de las buenas, buenas...¿Van a desaprovechar este ofertón?
Ya vale de muertes simples en las que el cuerpo inerte se torna color amarillo y se llena de algodones para no desagradar a los familiares y amigos en los tanatorios.
No.
Esta muerte es de las buenas, de las espectaculares:
- Quiero morir desnudo señor, y que el mundo se asombre al ver mis genitales morados aplastados contra el asfalto.
Exacto, esa es la idea caballero, de esas muertes tenemos, desde arriba hasta abajo, a punta de pistola, garrote vil, e incluso por mordisco de perro rabioso...Aproveche ahora y pague en dos meses...
- Me llevo tres muertes.
- Claro que sí señor, muerase todas las veces que quiera por el precio de una.

Un suspiro pasó y el viejo vendedor se quejó de la situación.

- Oh! yo maldigo este momento, a partir de ahora me pasaré al otro bando, ahora venderé ilusiones. He perdido toda mi vida viendo morir a la gente...ahora gastaré parte de mis sueños creandola del barro...